Marbella

Marbella es mucho más que lujo, fiestas y playa, las cuales le dan fama, pero también ocultan sus otros valores. El casco antiguo del pueblo, uno de los más hermosos de Andalucía, guarda los vestigios de los pobladores que desde la Prehistoria han disfrutado de su hermoso paisaje y riqueza natural.

Con el telón de fondo de Sierra Blanca, la ciudad ha crecido en torno a una pequeña meseta, que hoy ocupa un impresionante castillo construido en los primeros siglos de la presencia musulmana en al-Andalus. Se emplearon grandes sillares pétreos e incluso capiteles de un gran edificio romano que se levantaba en el mismo lugar.

Podemos visitarlo por el exterior, para continuar luego por las callejuelas. Su corazón es la Plaza de los Naranjos, donde se levantan edificios del siglo XVI como el Ayuntamiento, la Casa del Corregidor, con su hermosa fachada o la pequeña iglesia de Santiago. Muy cerca está la iglesia mayor de la Encarnación, con portada rococó e interior neoclásico.

En el Hospital Bazán, hermoso edificio tardogótico, se encuentra la sede del Museo del Grabado Español Contemporáneo, con una rica colección, situada junto a los restos de un convento trinitario. Es destacable también la capilla de San Juan de Dios, con su artesonado mudéjar. En las calles inmediatas se encuentran pintorescos rincones con edificaciones civiles y religiosas,

La ciudad se abre hacia el Mediterráneo por la Alameda y la Avenida del Mar, con estatuas de Dalí, que nos lleva al paseo marítimo y el Puerto Deportivo. Y luego, si lo desean, también podemos trasladarnos a Puerto Banús a admirar su lujo. De camino, frente al Hotel Puente Romano se puede ver desde el exterior la mezquita construida por el rey Abdelaziz de Arabia Saudí.

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