En Macharaviaya podemos ver, bajo la iglesia parroquial, la cripta funeraria de la familia Gálvez, oriunda de la población, que durante el siglo XVIII alcanzó grandes cotas de poder, como ministros y virreyes de Indias.
En Sayalonga destaca su cementerio circular (poligonal en realidad), del siglo XIX.
El pasado islámico de la comarca queda patente en los nombre de sus pueblos (Benamocarra, Benamargosa, Iznate), en el trazado de sus calles y en los diversos alminares que se conservan en Archez, Salares, Corumbela y Daimalos.
En cualquiera de estos lugares y otros muchos de la comarca podemos encontrar los productos que desde siempre han hecho rica esta tierra: vino dulce, higos y uvas secos (pasas), aceite o almendras. Pero también los nuevos cultivos tropicales que su suave clima permite: mangos, aguacates, chirimoyas, kakis, nísperos, etc.